Estimado Presidente Calderón,
Soy un estudiante de onceavo año en Shepaug Valley High School en un pueblo pequeño que se llama Washington en el estado de Connecticut. Estamos leyendo el libro “Las Hijas de Juárez” y sabemos mucho del femicidio y los problemas con drogas en México. Me entristezco mucho cuando leo y veo videos sobre la violencia en Chihuahua. La gente está viviendo en un ambiente muy peligroso y no puede sentir seguro. Las familias con niños y niñas necesitan inquietarse cada día. Las víctimas del femicidio desaparecían cuando van a sus trabajos en las maquiladoras, y muchas veces nunca regresan. Ellas necesitan el dinero para mantener sus familias, aunque estaban asustadas. Nadie debe tener que vivir así. El hecho que había más de 400 muertas contra chicas jóvenes con características similares y con muertas de la misma manera, y todavía no hay asesinos culpables es alarmante. Pero lo que me frustra más es la corrupción. Nadie puede confiar en nadie. Hay muchos casos sobre miembros corruptos de la policía ayudando con el femicidio y/o con las drogas. Esto es inquietante. Cuando las familias de las chicas vayan a la policía para recibir ayuda, la policía siempre dice que “ella probablamente está con un novio, espera 24 horas.” Pero después de 24 horas la chica va a estar muerta. Y después de 400 incidentes, no hay muchos cambios; no sé como es posible. Algunos de los asesinos están en la policía y ayudan con drogas. María Talamantes fue violada en una cárcel por miembros de la policía y los perpetradores muestran fotos a ella de las chicas violadas y muertas. Esto debe ser suficiente para encontrar algunos de los asesinos, pero nada pasó a los agentes de policía. ¿Por qué? Usted y el gobierno mexicano necesitan ayudar a Juárez y librar a la ciudad de la corrupción. A nosotros nos importan los eventos que estaban pasando en Juárez por más de 15 años.
Sinceramente,
Eric Hungerford
miércoles, 31 de marzo de 2010
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